La
enseñanza y la educación deben procurar el aprendizaje y desarrollo del niño/a.
Pero no siempre es fácil conseguir que se produzca este aprendizaje.
Es
importante conocer las claves del proceso educativo, conocer los mecanismos en
los que se basa el aprendizaje y el desarrollo para mejorar así nuestra labor
educativa y nuestra enseñanza. Los últimos avances en neurociencia
demuestran que la clave de la educación es la emoción. La
emoción tiene una fuerza enorme y puede impulsar o frenar el desarrollo y el
aprendizaje.
Educar
y enseñar es emocionar al niño/a haciendo que su estado sea
el más propicio para la creación de aprendizajes. Si queremos que nuestros
pequeños aprendan debemos educar a través de la emoción.
¿Cómo la emoción afecta al aprendizaje?
Las
personas somos seres emocionales, no podemos separarnos de nuestras emociones. La
emoción acompaña a toda nuestra actuación, forma parte de nosotros.
El estado emocional de cada momento determina nuestra manera de proceder en ese
mismo momento.
Nuestras
emociones afectan a procesos mentales en los que se apoya el aprendizaje como:
la percepción, la atención, la motivación, la concentración, la comprensión,
etc. Por lo tanto la emoción va a determinar el aprendizaje de los niños y
niñas. La educación se desarrolla a través de
la emoción.
Emociones que favorecen e impulsan el aprendizaje
·
Las emociones positivas que acompañan estados de bienestar van a
impulsar el aprendizaje.
·
La alegría, la calma, el amor, la ilusión, la seguridad nos
preparan para concentrarnos y despiertan nuestra motivación.
·
La sorpresa despierta la curiosidad y el interés.
·
Las personas recordamos mejor y procesamos mejor aquello que
aprendimos acompañados de una sensación agradable de bienestar. Por eso
tendemos a recordar canciones, o detalles de algo que ocurrió en un día
especial.
Emociones que frenan el aprendizaje.
·
Las emociones negativas que se acompañan de estados de malestar
van a frenar y dificultar el aprendizaje.
·
La tristeza, el odio, la inseguridad, el estrés, etc… dificultan
el aprendizaje ya que nos impiden concentrarnos y limitan nuestros procesos
mentales.
·
El aburrimiento y la vergüenza son grandes obstáculos para la
motivación y el interés.
·
Todos hemos experimentado alguna vez como los problemas y el
malestar que ocasionan nos impiden concentrarnos y nos hacen complicado
aprender.
Educar y enseñar a través de la emoción.
La
educación debe ir acompañada de la emoción. La emoción es inseparable del
que educa y del que es educado. La emoción por lo tanto dirige los procesos
educativos, sin que nos demos cuenta de ello. Es muy importante conocer como la
emoción afecta al aprendizaje y a la educación y convertir nuestras experiencias
de educación en experiencias de emoción.
·
Desarrolla tu inteligencia
emocional. Ser
capaz de conocer los propios estados emocionales y poder manejarlos para
desempeñar con éxito la labor de educar es fundamental.
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Crea un clima positivo, como
ambiente ideal para el surgir de las emociones positivas.
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Evita crear malestar en el
niño/a. La
tristeza, la vergüenza, el enfado, la ira, … son emociones negativas que
interfieren en el aprendizaje, frenándolo.
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Emplea la sorpresa como
elemento motivador por excelencia.
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Dedica cada día un tiempo para
ilusionar, para crear afecto con los niños y niñas.
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Encárgate de emocionar al
niño/a cada día. Para
educar a través de la emoción debemos emocionar a los pequeños.



