La lluvia de ideas, una oportunidad para trabajar la creatividad de tus alumnos
Uno de los aspectos que más se valora de la lluvia de ideas o brainstorming
es la capacidad de las personas de trabajar conjuntamente y en equipo
para un bien común, para la resolución de un problema o un reto. A la
hora de enfrentarse a una lluvia de ideas es muy importante mentalizar a
tus alumnos que cualquier idea por el mero hecho de ser una idea es
perfectamente válida y digna de ser tenida en cuenta.
5 Pautas para llevar a cabo una lluvia de ideas
A continuación voy a enseñarte 5 pautas o procesos que puedes llevar a cabo para la realización de una lluvia de ideas.
1. No Juzgar. Para que
una lluvia de ideas sea efectiva y productiva es necesario que en ella
se excluyan los prejuicios o juicios de valor. Si se quiere ser
imaginativo, es imprescindible que des a tus alumnos rienda suelta a su
imaginación. Por tanto, las ideas se exponen, pero ni se juzgan ni se
critican.
2. Ser inusual. Lo
bueno de no hacer juicios de valor es que permite liberar la mente y que
esta fluya con total libertad. Por tanto, de lo que se trata es de
liberar, de descontrolar la mente de tus alumnos para que empiecen a
general ideas lo más inusuales y aparentemente imposibles de ejecutar.
Una idea inusual y descabellada siempre será infinitamente mejor que
ninguna idea.
3. Ser productivo. Otro
de los requisitos fundamentales para que una lluvia de ideas genere el
propósito propuesto es que debe basarse en la cantidad y no en la
calidad. Hay que generar muchísimas ideas para que surjan unas pocas
buenas ideas. Es por ello que, cuando lleves a cabo una lluvia de ideas
con tus alumnos, debes exigir a dichos alumnos un número considerable de
ideas, intentando que el número sea superior a veinte.
4. Practicar la escucha activa. Uno de los aspectos que más destacaría de la lluvia de ideas es la importancia que tus alumnos den a la escucha activa.
Porque de una buena escucha activa es de donde pueden salir las ideas
más brillantes. En muchas ocasiones la gente cree que las buenas ideas
surgen de la nada y no tiene por qué ser así. Hay grandes ideas, grandes
soluciones que se nutren de las ideas que han aportado las personas que
se tienen al lado.
5. Ser rápido e impulsivo.
La lluvia de ideas requiere de rapidez y agilidad mental. Otro de los
errores a la hora de crear una lluvia de ideas es pensar que cuanto más
tiempo se dedique a pensar en generar ideas estas mejores serán. Pues
bien, esto no suele ser así. En este sentido se recomienda que se parta
de un tiempo determinado y que este tiempo sea relativamente corto. ¿Por
qué? Porque cuanto menos tiempo y más presión se tiene, mejor es la
respuesta a la hora de resolver problemas de forma creativa. Por tanto,
se trata de aflorar ideas, pero cada idea que surja de alguno de tus
alumnos tan sólo debe anotarse, pero en ningún caso hay que defenderla o
elaborarla en el momento en que aparece. Este proceso llegará más
tarde.
Cuando se trabaja con la lluvia de ideas
lo más importante es darse cuenta de que la mente deja de operar con lo
que se denomina rigidez funcional. ¿Qué significa esto? Pues
que, por lo general, las personas tienden a tener una idea fija de los
objetos que les rodean, es decir, cuando ven un objeto, no son capaces
de pensar que ese objeto puede tener más opciones que la que es conocida
por todos. Si, por ejemplo, pensamos que unas tijeras tan sólo sirven
para cortar, entonces estamos practicando la rigidez funcional porque no se es capaz de dar otro uso a las tijeras que el de cortar.
Cómo llevar a cabo una lluvia de ideas con tus alumnos
Llevar a cabo una lluvia de ideas con
tus alumnos es muy fácil y te aseguro que contarás con la predisposición
total de tus alumnos. Lo que te enseñaré a continuación son una serie
de pautas generales que luego tú puedes adaptar en función del grupo y
la edad. Aquí van algunas orientaciones:
- Divide la clase en grupos de entre 6-8 alumnos. Para la lluvia de ideas no se recomiendan grupos superiores de 10 personas.
- Enseña un objeto a tus alumnos. Intenta que este objeto sea un objeto cotidiano para tus alumnos, es decir, que hagan un uso extensivo del mismo. Un buen ejemplo de objeto para trabajar la lluvia de ideas sería un CLIP.
- Define el problema por el que tus alumnos llevarán a cabo la lluvia de ideas. En este caso debes decir a tus alumnos que la misión para cada grupo es la de dar 20 usos distintos a un CLIP. Par ello cuentan con un tiempo de cinco minutos.
- Antes de empezar la actividad, debes insistir en convencer a tus alumnos que un CLIP no tiene un sólo uso, sino que si son capaces de no pensar en el CLIP cuando estén mirando el CLIP, se darán cuenta de las posibilidades que dicho objeto posee.
- En cada grupo debe haber un alumno con un papel y un bolígrafo para ir anotando las ideas que vayan surgiendo en cada grupo.
- Recuerda que todas las ideas son válidas por muy absurdas que parezcan. Por tanto, no hay que descartar ninguna. Esto significa que en esta primera fase no se hacen juicios de valor, sino que simplemente se van anotando las ideas que surgen de cada grupo.
- Una vez pasados los cinco minutos, se hará un recuento de las ideas que hayan surgido de cada grupo y cada uno de estos grupos elegirá las dos mejores ideas de las que han ido surgiendo y las compartirán con el resto de compañeros.

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